Valonia es una región donde se vive bien. Esta calidad de vida excepcional seduce a los inversores, los estudiantes extranjeros o incluso a los numerosos turistas que recibe cada año. Valonia desarrolla además una oferta turística muy diversificada y especialmente en materia de turismo de negocios.
Además, Bélgica acaba de ser clasificada como el 20° país más feliz del mundo por el World Happiness Report 2021 que analiza las condiciones de 157 países y se basa en 38 indicadores como la felicidad confesada por sus ciudadanos o también el bienestar que experimentan.
Patrimonio
Una magnífica herencia, rica en miles de tesoros arquitectónicos, anima a Valonia. Castillos, iglesias y catedrales, abadías y moradas históricas dan testimonio del genio de arquitectos precursores.
Numerosos sitios y eventos culturales fueron reconocidos por la UNESCO como patrimonio mundial, material e inmaterial. Las célebres Gilles de Binche son sólo un ejemplo evocativo.
Las ciudades valonas los sorprenderán por la riqueza de su historia, su patrimonio, su cultura y su folclore: Charleroi, capital del comic y sede de uno de los más bellos museos de la fotografía de Europa, Liège, la Ciudad Ardiente y su estación ferroviaria diseñada por Santiago Calatrava, Mons, Capital cultural de Valonia y capital europea de la cultura en 2015, Namur, capital de Valonia y reconocida por su sentido de la hospitalidad o también, Tournai, ciudad histórica por excelencia y una de las más antiguas ciudades de Bélgica.
Cultura
Valonia recibe regularmente importantes eventos y espectáculos de los cuales, algunos han sido premiados en el extranjero. Las conmemoraciones de Waterloo han recibido 7 premios y han sido nombradas “evento europeo del año” en los European Best Event Awards de Sevilla y Texas Aggies go to war de Bastogne ha sido premiada en Cannes.
La región alberga formaciones artísticas de renombre: la Opera Royal de Valonia, la Orquesta Filarmónica Royal de Liège, la Orquesta Royal de Música de Cámara de Valonia o también Charleroi Danses, el Centro coreográfico de la Federación Valonia-Bruselas. Surgido del antiguo Ballet Royal de Valonia, se orientó hacia la creación contemporánea y es actualmente una institución de referencia tanto en Bélgica como en el plano internacional.
Valonia es también una región de festivales que se suceden todo el año y que son para todos los gustos. Desde la música clásica con el Festival de Valonia (más de 150 conciertos en los cuatro puntos de Valonia y de Bruselas) hasta la música electrónica y el rock (les Ardentes, Dour, Verdur Rock), pasando por la música del mundo (Esperanzah) o incluso las Francofolies en el corazón del verano. Namur en mayo en… mayo, el festival de artes foráneas, sin olvidar los numerosos festivales para cinéfilos (el Festival Internacional del Film Francoparlante, el Festival Internacional del Film de amor, el Ramdam Festival, el Festival Internacional del Film 3D,el Festival del Film de Comedia), o incluso el KIKK Festival, consagrado a la creatividad en las culturas digitales.
Dulzura de vivir
Bienestar, relajación, salud, naturaleza… Valonia forma parte de las regiones mejores preservadas de Europa. Sus paisajes contrastados, mesetas y llanuras fértiles, valles y bosques, ríos y lagos, encantan el espíritu, relajan el cuerpo y endulzan el alma. El agua pura que se encuentra allí en abundancia es un perfecto símbolo: ¿la palabra “spa” no se ha convertido en todo el mundo en un sinónimo de hidroterapia y bienesta?
Tierra de sabores
Placeres de mesa, productos de la tierra, sabores de múltiples recetas originales: Valonia representa una región gastronómica de alta gama. Sin contar las iniciativas que remiten a los gustos cotidianos ciertas prácticas culinarias olvidadas o, que crean recetas sorprendentes en el más puro respeto de la tradición y de la exigencia de calidad.
El colectivo Génération W reúne chefs valones y productores locales empujados por las ganas de promover ese patrimonio culinario y artesanal.
La Valonia de los talentos
El imaginario colectivo valón está poblado de personajes reales o imaginarios, antiguos o modernos.
Esta increíble fertilidad se encarna magistralmente en el comic que ha visto nacer, en los periódicos Tintin, Spirou y Pilote, héroes como Les Tuniques Bleus, Cédric, Blueberry, Buck Danny, Martine, Ric Hochet, Cubitus, Achille Talon, Jugurtha, Comanche, Buck Danny, Jerry Spring, Valhardi, Fantasio, Yoko Tsuno, Gil Jourdan, Robin Dubois, Léonard, Natacha, Dan Cooper, Tif y Tondu, o Marc Dacier y de Valhardi.
Pero se manifiesta también en las obras de Roger de la Pasture, Paul Delvaux, Jean-Michel Folon, Félicien Rops, René Magritte, Gustave Serrurier-Bovy, y las de músicos que cuentan en la historia de la música occidental como Lassus, Du Mont, Dufay, Grétry, Franck, Vieuxtemps, Ysaÿe, o también Adolphe Sax, inventor del saxófono.
De la misma manera, escritores de envergadura mundial, como Charles De Coster (y su Leyenda de Thyl Ulenspiegel), Henri Michaux, Georges Simenon, uno de los autores más leídos y traducidos del mundo especialmente su Comisario Maigret, o también Henri Vernes, creador de Bob Morane.
Sin hablar de los directores, actores y actrices de cine reconocidos y premiados en el mundo entero, como los hermanos Dardenne, Cécile de France, Emilie Dequenne, Bouli Lanners, François Damiens, Marie Gillain, Olivier Gourmet, Benoît Poelvoorde, o Déborah François.